Cargando...

Mi vida sin gluten

Desde hace 9 meses decidí dejar el gluten por los múltiples problemas digestivos que tenía,  la verdad no era algo que quería hacer ni me gustaba la idea.

Una amiga tenía varios años de haber sido diagnosticada con celiaquía y la verdad es una condición hasta cierto punto desconocida, incomprendida y hasta tratada injustamente por muchos.

Ella me dijo, «yo creo que vos sos celiaca o intolerante al gluten, hacete las pruebas y verás, pero al menos probá un mes, al rato te sentís mejor.»

El asunto lo pensé y lo pensé porque la verdad amo el pan, no podía imaginar mi vida sin mi pan! 

Cada día era la misma molestia, me llegué a preocupar tanto, que tomé valor y empecé a dejar el gluten por un mes…

Fue como mágico, a la semana me sentía mejor, al mes, realmente se me habían quitado muchos de los problemas que tenía a diario.

Incorporé los famosos batidos verdes como mi merienda, siempre he cuidado mi alimentación, hago ejercicio hace muchos años pero este cambio empezó a hacer realmente algo maravilloso.

Fui diagnosticada con hipertensión desde los 25 años, según mi médico por herencia, ya que no tenía ninguna de las características comunes para padecerla. Fue algo que acepté, y de manera responsable, siempre tomé mi tratamiento religiosamente. 

No sé por qué la presión se empezó a bajar, al punto que en setiembre el doctor me dio de alta y dejé el tratamiento ya que mi presión se normalizó.

No podemos asegurar que fue por dejar el gluten, o si fue por los batidos verdes, o todo junto, no quiero que se ilusionen pensando que les puede pasar lo mismo, pero, para mi Dios obró un milagro y quiero compartir mi testimonio.

Dios obra de maneras diferentes, cuando dejamos de llevar la contraria las cosas fluyen.

Puedo decir que la vida sin gluten no es fácil, son tantos años de comer pan, cereales, etc. Casi todo tiene gluten, yo no soy celiaca, pero no tolero el gluten, creo que es más fácil ya que la contaminación cruzada no me afecta tanto.

Es importante que tomemos conciencia ante este padecimiento; no es una moda, no es algo «cool» dejar la comida que uno ama y no es fácil lidiar con gente que duda y pone en entredicho lo que les contás: es molesto.

Digo esto porque en algún momento yo lo hice, pensaba que era exagerado, que por un día nada les iba a pasar. Me pareció feo que llegaran con su comida a una fiesta, que en los restaurantes hicieran tanto pleito porque algo tenía gluten (como si fuera veneno), me parecía aburrido que no quisieran ir a algún lugar porque no habían opciones para ellos.

Creo que hasta que uno lo vive lo entiende. Cuando te intoxicás y pasás «esos dolores» entendés que sí es «veneno» !!!!

Cuando querés ir a comer y nada en el menú es libre de gluten, te sentís un paria.

Llevar mi comida y la de mi hijo a una fiesta no es por ser «dolor», es porque sabemos que vamos a poder compartir un rato y de manera segura, sin hacer incurrir a la gente en gastos y molestias.

Nos toca ser agentes de cambio, nos toca informar a nuestros amigos y demás personas lo que padecemos, nos toca luchar por los precios tan altos cuando algo es libre de gluten.

 Es una condición difícil porque afecta la vida social, muchos empiezan a apartarse, a no salir, a unirse sólo con otros celiacos, y eso no es justo.

A mi hijo también le eliminamos el gluten, y este tema en jóvenes es más difícil… los antojos, las salidas con sus amigos, las convivencias del cole, todo se complica más. Claro, uno se las ingenia! pero es más difícil conseguir en una soda de un colegio algo libre de gluten,

Mi consejo es que volvamos a la comida natural, lo que comían los abuelos: frutas, verduras, vegetales; hacer más comidas creativas, menos paqueticos llenos de preservantes.

Luchemos porque nos exoneren los alimentos que si podemos consumir; un grupo que me ha ayudado mucho es Celiacas y Celiacos de Costa Rica, hay mucha información y mucho apoyo.

Espero que mi testimonio les ayude a no sentirse solos y a confiar que Dios todo lo permite para bien. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Previous post No te pierdas el Editorial Wild & Cleanc
Next post ¿Cómo protegernos de los ciberataques?